A Beren Erchamion (Parte 1)

A Beren Erchamion

Tormenta del valle rocoso,
rama grandiosa del tronco glorioso,
fugitivo de la sombra y sombra armada,
vengador anónimo, protector de la nada,

pensamiento obscuro del señor obscuro,
semilla última del árbol cortado,
asesino silencioso del monstruo sangriento
portador del anillo del rey consagrado.

Odiado proscrito, vástago de Dorthonion
mal del hechicero que el Marjal dejó maldito,
terror de las montañas del terror y de la prole
de Ungoliant devoradora, Beren Erchamion.

Vagabundo errante de senderos y tristeza,
amigo de las aves y las bestias de los bosques,
caminante que inconciente encontró el camino
que los caminantes conscientes buscándolo perecen.

Atravesó la cintura sin querer atravesarla
y en campos escondidos lo atravesó el viento
y adherido  una canción escondida resonaba,
la llamó Tinuviel y resonó en el tiempo.

Calló el viento y retornó el guerrero,
se cansó el caminante y se armó el cazador,
cayeron las hojas, la nieve y el sol nuevo,
lo abandonó la fuerza pero su hado lo encontró.

El mismo viento trajo la misma canción nueva,
y en los mismos campos, ahora él el viento atravesó.
¡Tinuviel! Repitió el eco y así lo vio la doncella,
el destino cayó en ella, y en ese instante lo amó.

Encontró al fin su camino el errante vagabundo,
encontró un oído querido el canto del ruiseñor
pero corto fue el tiempo, fugaz la carcajada,
tenue el halo de plata del fruto de Telperión.